El entrenamiento diario y constante es muy importante para conseguir los resultados que uno busca, tanto físicos como mentales. Esto, además, se puede conseguir rápidamente si se mantiene una dieta equilibrada y específica para cada situación, incluso cuando una dieta implica temporadas de ayuno. Por eso mismo, hay que tener en cuenta las ventajas e inconvenientes de entrenar en ayunas.
Sobre entrenar en ayunas y sus objetivos
Las actividades aeróbicas y anaeróbicas que buscan realizarse en ayunas (implica no ingerir ningún alimento por la noche y tampoco durante el desayuno del día siguiente) tienen como objetivo primordial quemar grasa. De esta manera, al ejercitar en ayunas, fuerzas al cuerpo a sacar todo rendimiento a los tejidos adiposos. Así, consigues generar energía a través de las grasas almacenadas.
Este tipo de entrenamiento está enfocado, evidentemente, a perder grasa y como tal, existen diferentes tipos de ejercicios destinados a ello (al igual que los ejercicios HIIT). Estos no deberán exceder los 40 minutos de entreno. Por ejemplo:
- Ejercicios cíclicos, como bicicleta, andar o correr.
- Ejercicios para tus abdominales (quemando los signos de la grasa), de manera tradicional o con pesas rusas.
Las ventajas de entrenar en ayunas
La principal ventaja es, como ya hemos mencionado, quemar grasa mucho más rápido. Esto se puede conseguir tanto con ejercicios de una intensidad moderada como intensa. Además, a parte de la pérdida de grasa, otra de las ventajas de entrenar en ayunas es un cambio en el metabolismo. Por una parte, aumenta el glucógeno muscular, para un mayor rendimiento. Por otro lado, destaca la autofagia: un proceso por el cuál las células se descomponen y destruyen proteínas viejas para ser, más adelante, recicladas en otras funciones vitales. La autofagia también ayuda a combatir virus y bacterias, protegiendo al cuerpo, en última instancia, del crecimiento de células cancerosas.
En cuanto a lo que conlleva la salud mental, entrenar en ayunas puede mejorar tu resiliencia mental a grandes niveles de estrés o ansiedad.
Las desventajas de entrenar en ayunas
La primera desventaja es que debes medir muy bien tus ejercicios y saber diferenciar entre ejercicios moderados y ejercicios intensos. Esto se debe a los riesgos que conlleva el no haber comido antes de entrenar y a la poca resistencia de tu cuerpo en el caso de no estar acostumbrado. Consecuencia de un mal entreno pueden ser, desmayos y mareos, de entre las más comunes.
Más inconvenientes se ven reflejados desde el principio de los entrenos: el rendimiento en la práctica es mucho menor y quizá se llegue a una sensación de insuficiencia y fracaso al no cumplir los objetivos prometidos y, finalmente, tirar la toalla. Además, a este inconveniente psicológico se le añade la peligrosidad del aumento de cortisol en sangre, que puede ser contraproducente.
¿Para quién no es recomendable hacer este tipo de entrenamiento?
Más allá de los inconvenientes generales, existe un sector de la población que no podría hacer esfuerzos ni moderados ni intensos. Hay entrenamientos que con cierta supervisión quizá puedan desempeñarlos en ayunas, pero su salud estará en riesgo. El sector de esta población lo forman diabéticos, embarazadas y gente con problemas coronarios.